domingo, 24 de febrero de 2019

El día que le dí mi virginidad a un hombre

En mis días de estudios , ya en vacaciones, a los 18 años de edad, tenia bastantes secretos que ocultaba tan asiduamente ya que me generaban a la vez excitación, al saber que es algo tan intimo, le da otro gusto a aquellos juegos. Ya desde la adolescencia me lo pasaba bien usando ropa interior femenina , bastante voluptuosa y las fantasías mas ocurrentes se dejaban notar. Era muy común ver hombres mayores, de un semblante varonil, fuerte y dejar libre mi mente para crear fantasías de lo mas ocurrentes, sentía una atracción muy fuerte por esos hombres mayores, que tanto me hacían imaginar y sentía la necesidad de que me enseñasen todo lo que sabían con su experiencia ya, en lo sexual. Luego llegaba a casa con el corazón en la mano por las fantasías que se me ocurrían, al estar solo podía complacerme con mi juego de ser una muchacha y hundirme junto con mis fantasías sexuales con aquellos hombres, pasando tardes de placer sin duda, pero aquello no saciaba cuanto deseaba de un hombre de esas características.
Solía,en aquella época de estudio, sentarme en el ordenador, era algo que podía permitirme ya, al tener acceso a tanta información y me permitía comunicarme con aquellos desconocidos que también buscaban algo tal vez, así es que navegando por internet, y con mi búsqueda de lo sexual, que era algo evidente, empece a usar una red social, en la cual me permitía contactarme con personas de todas partes, incluso personas cercanas a mi ubicación. Así fui dando con personas de los mismos intereses y lo que mas me interesaba eran los encuentros sexuales. Los hombres que veían mi perfil, me agregaban al ver la fotografía que tenia de perfil de contactos, esta era una donde mostraba mis nalgas, algo que les encantaba a los hombres, pues en ocasiones mi buzón se llenaba de mensajes de hombres dando su opinión de ello. Eran tal el gusto que aquello me generaba, ya que era lo que buscaba, me generaba un cierto tipo de placer mostrarme y recibir comentarios sobre aquello, era satisfactorio, el morbo lo podía todo y así disfrutaba aquellos momentos.
Un día en búsqueda de un hombre que quisiese lo mismo que yo, me encontré con uno que había venido de visita al lugar donde vivía yo, ya de noche, me puse en contacto con esta persona, no tenia intenciones de nada en especial, ya que era tarde, tal vez quedar para otro momento era una buena idea. Al ponerme en contacto conversamos un buen rato, sobre lo que pretendíamos cada uno de nosotros, platicamos un buen tiempo sobre nuestros gustos. Él muy amable hizo un comentario sobre mi fotografía, algo que esperaba en algún momento y con ansias, después de todo estaba allí con ese propósito, lo que dijo fue muy amable y de la forma que parecía expresarlo, me generaba ternura, que es lo que me atrae de los hombres. En eso que iba transcurriendo la charla, me comentaba que el estaba cerca de donde yo vivía y que le gustaban mis nalgas. Decía que las tenia muy formadas y de buen volumen, eso me excitaba de a poco, aun que sea básico y un tanto difícil de imaginar, como unas simples palabras podían generar eso en mi. Al saber donde quería llegar, me empezó a temblar todo el cuerpo al imaginarme que iba a estar con un hombre, temblaba de ansiedad y al ser algo nuevo dentro de todo, me generaba nervios.
El hombre me propuso de venir a mi hogar y hacerlo aquí, yo le comentaba que no había tenido experiencias nunca, que era lo que estaba buscando, a lo que el me dijo que me quedase tranquilo, que no iba a pasar nada mas allá de lo que yo desee. Fue entonces cuando el ya estaba en camino, yo muy nervioso por su llegada, como era tarde, tenia algunas ropas de mujer así que elegí una blusa muy suave y que dejaba ver mis piernas, abajo una tanga y así ya estaba listo para recibirlo. Lo estaba esperando en la sala, viendo por la ventana que daba al exterior, cuando veo que bajo en la puerta de la casa, me dejé ver y salgo rápido a abrirle la puerta de entrada, a lo que nos saludamos, el sorprendido al verme así, pues no esperaba que haga tal cosa, pero le gustó. Nos sentamos a conversar un rato y tomar algo, mas que nada sobre lo que iba a suceder esa noche, algo ansioso le comento que tenia miedo que me duela, pero me calmo al decirme que iba a tener mucho cuidado. Llegado el momento, yo muy nervioso por lo que iba vivir, nos pusimos uno al frente del otro, sin saber que hacer, a lo que me ofrece hacerle sexo oral, me puse de rodillas frente a el, que estaba sentado ya, en una silla de la sala, saca su miembro, que se venia normal y apetecible, ya erecto, lo tomé con una de mis manos, llevándolo a mi boca, saboreando y sintiendo todo de el, lo llevaba cada vez mas profundo hasta mi garganta, ya casi sumido en su miembro, sin querer apartarme de el, lo hacia tan natural mente, algo que había deseado muchas veces y lo sentía muy bien, casi enamorado empapaba de mi saliva tibia que salia de mi boca al mismo tiempo que probaba de la deliciosa vena jugosa y palpitante que tenia ante mí. Al poco tiempo el me hizo parar y ponerme de rodillas en la silla donde el había estado, en cuatro patas, las rodillas sobre la silla y mis nalgas mirando hacia él, sentí la humedad de sus dedos, que pasaba por el ano y luego sentí como apoyaba el glande en este, sentía como era abierto mi ano por su pene, poco a poco, primero el glande y luego hizo que entrase todo, sintiendo una palpitante y caliente vena dentro mio. En ese momento sentir el interior lleno era como ver estrellas, de alguna forma sentía como su pene rosaba algo en mi interior que provocaba que mi pene también se pusiera eréctil, aquella sensación era tan plena , que me entregaba completamente a el y deje que me hiciera lo que el sabia hacer. Cada envestida que daba era motivo para sumirme en un placer que solo él sabia darme. En un punto estaba tan excitado que pedía que penetrara mas rápidamente, me entregaba con mas facilidad a el, dejando que me hiciera suyo, como si fuese un mujer sumisa y el me trataba de esa forma, al embestirme con tal brusquedad , hacia que algo dentro de mi, palpitara y sentía como recorría una especie de electricidad, yo embriagado en placer ya, sentí como me empezaba a templar el cuerpo, salían de mí gemidos súbitamente dejando se notar mi goce, en ese momento ya a punto de culminar los dos, sentí como el semen se escurría de mi pene entre mi pierna y el espaldar de la silla, luego sentí un espeso liquido caliente dentro de mi, aquel momento que parecía eterno, el quedo con su miembro en mi interior , algo que con tanto gusto disfrute, ambos estábamos exhausto, ese pequeño descanso nos hizo recuperarnos un poco.
Ambos sin duda habíamos disfrutado de aquel momento, por mi parte, fue la experiencia mas grande, el deseo de ser tomado por un hombre al fin se había cumplido y me gusto mas de lo que esperaba, a partir de ese momento pedía mas de aquello. Aun que actualmente no tengo muchas experiencias, aun disfruto de aquello, auto complaciendo me de la mejor manera que pueda, aun que tengo la esperanza de encontrarme con un hombre que me haga disfrutar del placer sexual tanto como me gusta hacerlo a mí.

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